Richard Strauss: El caballero de la rosa

«¡No significa no!», pero no para el barón Ochs von Lerchenau, quien tiene los humos tan subidos que piensa que puede salirse con la suya. Persigue a todas las chicas y planea casarse con la hija de un «advenedizo» para saldar sus deudas. Pero las cosas resultan muy distintas. Con su «Comedia musical» de 1911, Hugo von Hofmannsthal y Richard Strauss mostraron un espejo de la alta sociedad del decadente fin de siècle.

La acción se desarrolla en una Viena rococó imaginaria y se inscribe en la tradición del teatro Hanswurst vienés, que ya había dado fama internacional a Wolfgang Amadeus Mozart. La crítica, poco disimulada, es dura y mordaz. Los modales ligeros prevalecen entre las damas y caballeros del teatro. Se levanta el telón en la alcoba de María Teresa, princesa Werdenberg por matrimonio. La Mariscala está retozando en la cama con su amante Octavio, de 17 años, al que llama tiernamente Quinquin, cuando su primo, el barón Ochs von Lerchenau, consigue entrar contra la voluntad de los criados para hacer una petición.

Octavio tiene el tiempo justo para ponerse el vestido de la camarera. El barón busca un caballero de la rosa para cortejar a su novia, como es debido. Quiere utilizar la fortuna de la única hija de un nuevo rico para saldar sus deudas. Sus planes no le impiden acosar con burdas insinuaciones a la encantadora camarera de la Mariscala. Pero no se da cuenta de que la joven criatura está a punto de estropearlo todo...