La isla de Vancouver, en la provincia canadiense de Columbia Británica, alberga inmensos cedros y abetos, algunos de ellos de 800 años. Allí se libra una batalla ambiental entre la industria maderera y los defensores del bosque de Fairy Creek. La lucha por la tala ha llegado hasta la Corte Suprema de Columbia Británica y está resonando en la sociedad canadiense, con la policía acusada de usar fuerza excesiva contra los manifestantes ambientales.