Luego de años de conflicto y miles de víctimas, Irak se enfrenta al flagelo de la droga. En su capital, Bagdad, ha aumentado el consumo, la producción y la distribución de alucinógenos, por lo que las autoridades han creado una unidad especial para combatir el delito. La crisis ha sido declarada como un problema de salud pública pero el país no cuenta con los recursos para rehabilitar a los adictos.
De acuerdo con las cifras aportadas por la nueva Brigada Antidrogas de Bagdad, capital de Irak, el consumo de drogas en todo el país se ha incrementado en un 40% durante los últimos tres años. El trabajo de las autoridades ahora está enfocado en desarticular a los grandes traficantes a través de la detención de los distribuidores en las principales ciudades del país.
Pero la tarea no ha resultado sencilla. Irak es una sociedad marcada por décadas de conflictos y ataques terroristas, lo cual ha derivado en que muchos de sus ciudadanos padezcan trastornos de estrés postraumático. En la actualidad, las calles de Bagdad se encuentran afectadas por una alta presencia de metanfetaminas y otras drogas sintéticas que suelen ser económicas y estar al alcance delos jóvenes.
Alrededor de un 80% de los consumidores son menores a 30 años de edad. Por ello, el Gobierno ha desarrollado planes de prevención entre los más jóvenes. En algunas escuelas, directores y maestros tratan de mantener contacto permanente con sus alumnos para evitar que estos se conviertan en víctimas de la situación.
A pesar de los esfuerzos que realiza el Gobierno iraquí para afrontar la situación no cuenta con los recursos necesarios, especialmente para rehabilitar eficazmente a los jóvenes adictos. El país solamente cuenta con servicio de toxicología y el mismo es un anexo del hospital principal. En este lugar solamente cuentan con un total de 12 camas para atender a los pacientes.